lunes, 4 de diciembre de 2017

Supersticiones a bordo de los buques


                              



Cuando ocurre  un accidente marítimo en un  buques que realiza una travesía, de inmediato , los armadores, los aseguradores, los dueños de la carga, las autoridades marítimas , se dan a la tarea de buscar las causas que provocaron el daño  o la perdida, a veces se  la atribuyen a negligencias de la tripulación o a fallas de la técnica a bordo  y otras veces a un  hecho que  ha sobrevenido por accidente fortuito; o fuerza mayor, pero  existen  otros  puntos de vista  en el mundo marinero en personas supersticiosas  que lo atribuyen a diversas causas paranormales (aquellos no explicables mediante teorías físicas, biológicas o psicológicas), la mala suerte, el mal de ojo  y otras muchas que  mencionaremos en el artículo.
    

                                                                  
                         Los buques, como las personas tienen su nombre propio y, en cierta manera, su propia personalidad,  a veces se les personifica hasta el extremo de atribuirles buena o mala suerte. Siempre han existido barcos con fama de  que acarrean mala suerte (gafe- desafortunados), y de otros se dice que  siempre tienen  el buen tiempo a su favor  y  que sus tripulantes disfrutan   de una buena estancia en puerto.
La botadura de un barco equivale a su bautizo, y constituye un momento de bastante carga simbólica. La costumbre de romper una botella de champagne contra el casco tiene su origen en la antigüedad, cuando se vertía vino tinto en la cubierta como libación a los dioses del mar. Los vikingos hacían esta ofrenda con la sangre de algún prisionero sobre cuya espalda arrastraban la embarcación desde tierra o dique  artesano  hacia el mar. El nombre asignado al buque era seleccionado evitando  aquellos relacionados  con el fuego, los relámpagos  o las tormentas y nunca se le debía cambiar, aunque los piratas hacían caso omiso de esto al igual que los actuales armadores.


Con el objetivo de resguardar al barco y a su futura tripulación de maleficios , los armadores colocaban una moneda de plata en la quilla o bajo el palo mayor (leyenda pagana donde las monedas en el mástil o en la quilla del buque traen buen augurio) tal vez como pago preventivo al barquero infernal Caronte.

 Una moneda de plata bajo el mástil mayor asegurará una buena travesía. De hecho, todavía se sigue realizando ésta tradición en los nuevos cruceros que se construyen.


También una estrella polar dibujada en el extremo del bauprés o en la roda ayudaba.


                             




Dentro del amplio catálogo de “cosas” susceptibles de generar un mal augurio, el color amarillo, ocupa un lugar destacado. No obstante, este color, no suele despertar, por norma general, demasiadas pasiones.
Sin embargo , la protección de un buque  y su tripulación recaía en el mascarón de proa. En su origen  iban dentro de los buques , cumpliendo una función religiosa : primero como cabezas de animales sacrificados a los dioses, después estas fueron sustituidas por tallas de madera, finalmente pasaron a  la proa, bajo la forma de algún animal totémico o deida marítima, hasta que a principios del XIX  se popularizaron las figuras femeninas (vestidas o no ), por la creencia que mitigaban la ira de los dioses, su vista amansaba a los dioses del mar

Los capitanes de las embarcaciones evitaban salir de puerto algunos días del calendario pues eran presagio de mala suerte entre ellos están el salir a la mar los viernes (día en que crucificaron a Jesucristo), el primer lunes de abril (día en que Caín mató a Abel), el segundo lunes de agosto (día en que Dios Castigó a Sodoma y Gomorra) o el 31 de   diciembre. Los miércoles, sin embargo, eran días favorables.
Por otro lado, constituía un sinónimo de malos presagios el hecho de escuchar el tañido de campanas desde el barco a la hora de zarpar. 

A pesar de que el fuego de San Telmo, esa luminiscencia que aparece en los extremos de los palos del barco bajo unas determinadas condiciones atmosféricas se considera una señal positiva,  en algunas zonas se creía que si iluminaban a un marinero este moriría antes de que pasaran 24 horas.

Históricamente, los marineros se han refugiado siempre en una serie de supersticiones que les permiten hacer frente a las condiciones marítimas que escapan del control humano y le ayudan a soportar las duras condiciones de la vida en el mar, sobre las cuales también hacemos las siguientes  referencia de los objetos o cosas  que acarrean buena suerte (Amuletos)  y de los objetos  que acarrean mala suerte (Gafe) 
En el mundo marinero existen infinidad de amuletos; Los amuletos son algunos de los objetos más antiguos de la humanidad, ya que el hombre vio en ellos la forma para escapar de los males que lo aquejaban, fuesen físicos, morales o espirituales. Los primeros amuletos eran objetos naturales, tales como piedras, maderas talladas o cristales naturales, que eran apreciados por su forma, color o rareza. Más tarde se optó por poseer objetos de uso cotidiano que por haber sido propiedad de alguien o haber sido parte de un suceso, se guardaban por presuponer que tendrían cierto poder. En la actualidad existen multitud de amuletos, tanto comerciales como personales, ya que cada persona valora el objeto de manera subjetiva y alcanzan diferente importancia. La persona que lleva el amuleto, por su creencia y fe en éste, puede o no desear revelar este hecho a otras personas y compartir su apego.  Como reguardo personal  ante un hecho de mala fe contra nuestra persona cruzamos  los dedos y la mano a la espalda o nos ponemos un azabache en lugar no visible de la ropa  o en la gorra o sombrero.
Pueden ser gemas piedras, estatuas, monedas, dibujos, colgantes, anillos, plantas, animales, etc., incluso oraciones utilizadas en momentos concretos, para repeler al diablo  o a la mala suerte. 
         

En la Isla de Man consideraban que una pluma de reyezuelo constituía un buen amuleto contra los naufragios y los ahogamientos, aunque sus propiedades sólo duraban doce meses.
 En otras zonas era habitual llevar un aro de metal en la oreja para alejar las tormentas.    A bordo se consideraba que traían mala suerte   ponerse la ropa de un compañero fallecido antes de terminar la travesía.    

Las prendas interiores femeninas son la opción ante una fuerte tormenta en el mar, cuando los acontecimientos climáticos fuertes no cesan. Colgar en el mástil principal  una vedetina de mujer asegura una mejora del temporal.







Las ristras de ajo se encuentran ubicadas en lugares de riesgo como cuarto de maquinas y cabina de tripulación del capitán
   
En alta mar existen muchos de ellos, un claro ejemplo en la ristra de ajo con cintas rojas. Numerosos barcos utilizan esta estrategia para garantizar un viaje seguro. Se colocan en lugares clave como cabina o centro de maquinas, donde ocasionalmente ocurrieron, o pueden ocurrir, inconvenientes técnicos que sobrepasan la capacidad humana.

 En términos generales estaba mal vista la presencia en el barco de animales con pelo, al contrario que la de los animales con plumas. Aunque había excepciones: que un gallo cantase a bordo era una señal inequívoca de mala suerte, y la presencia de un gato siempre era apreciada, ya que mantenían a raya a los ratones y proporcionaban distracción a los marineros, Las mujeres de los marineros solían tener un gato negro en casa para asegurarse de que sus maridos volverían sanos y salvos.

           

Aunque a veces una aleta de tiburón podía servir de amuleto, un tiburón siguiendo al barco por el lado de popa presagiaba la muerte de algún tripulante.
 Los plátanos dan mala suerte a los buques, muchos nunca llegaron a sus destinos su carga principal era el banano, superticion muy antigua en las embarcaciones de pesca y bananeras del siglo XVIII. El comercio marítimo actual desmiente este augurio al igual que otros muchos.
Trae mala suerte matar un Albatros o a una Gaviota. Se cree que reciben el alma de los marineros muertos y son considerados como un presagio de mala suerte en el mar, especialmente si los matas.



Está terminantemente prohibido en el mundo de losmarinossupersticiosos subir al barco con pingüinos, ya sea de peluche o vivos, ya que estos son una clara señal de mal augurio
Pasajeros peligrosos o llamados pájaros de mal agüero (“Gafe” aguafiestas o de mala sombra). Uno de los grupos de supersticiones marineras más curioso es el referente a pasajeros supuestamente funestos (que produce tristeza o desgracia).  

Según las leyendas las mujeres a bordo atraen las tempestades, ¡Bueno! En el mundo marinero también hay machista y la historia a conocido de valientes mujeres piratas y corsarias así como en la actualidad juegan un papel importante a bordo  de las embarcaciones.
 
Señalar de “yeta” (Portador de desgracia o mala suerte) a un marinero podía acompañarlo durante toda su vida y mas allá en la sucesivas existencias del individuo según la religión  budista y en el hinduismo.
 Los difuntos tampoco eran pasajeros bienvenido a bordo. A nadie le gustaba transportar un ataúd en su barco, y los marineros que morían en alta mar eran arrojados al océano envueltos en una mortaja de lona con una bala de cañón dentro. La última puntada que cosía la mortaja atravesaba la nariz del fallecido, para que su fantasma no persiguiese al barco. Los ataúdes constituían una mala carga incluso vacíos.    

Viajar con bolsas o maletas negras no es bienvenido a bordo :  El negro es el color de la muerte y en el mar recuerda a los oscuros fondos marinos,. Mejor es elegir otro color

Pelirrojos: hablar con un/a pelirrojo/a antes de embarcar según las historias marineras, trae mala suerte (ni hablarp de llevarlos a bordo) .

  

Tirar piedras al mar: Es considerado un signo de falta de respeto hacia los Océanos es una ofensa y tendrá consecuencias graves, causará grandes tormentas. 
 Mirar hacia atrás una vez dejado puerto: nunca dudes, Zarpa con convicción y confianza para afrontar lo que depare la mar y  los vientos. Si no estás convencido de que podrás enfrentarte a los bravos mares y completar tu viaje, no debes partir.    



Escalas: hagas lo que hagas, jamás entregues las banderas a través de los peldaños de una escala.  
Silbar con independencia  de su nacionalidad  o condición  esta prohibido a bordo, pues podría despertar a  los vientos  y provocar un temporal o hacer sonar un cristal  de una copa lo que provocaría  en algún lugar distante  el ahogamiento de un marino














   
 Portar los paraguas en un buque  es augurio de desastre   y cuídate de no abrirlo , pues rayos y truenos caerán sobre la embarcación. Tradición que proviene  de los hogares de las familias en tierra . En presencia de un anciano a nadie se le ocurriría abrir un paragua en el interior de la casa o bajo techo


Curas: No se sabe si por su indumentaria (negra) o por su relación con la muerte, los sacerdotes eran rehuidos a bordo de las embarcaciones. Cuando no quedaba más remedio (y contra la voluntad de los marinos) viajaban en los barcos con la condición de no acceder a determinadas áreas.


 Dejar sin contestar un deseo de buena suerte. Si alguien te lo desea antes de partir, siempre debes contestar. 
Evitar encontrarse con un “pies planos, evitaremos la mala suerte hablando nosotros primero.
 Una pieza de madera “robada” incrustada en la quilla hará que nuestro barco navegue más rápido y mejor.
Embarcar y desembarcar con el pié derecho. Lo contrario no es buen presagio.
 Verter vino en cubierta será signo de buena nueva antes de un gran viaje
  Las flores traen mala suerte a bordo. Se considera que podrían  ser usada para las coronas funerarias y por lo tanto no son bien recibidas.

Un perro visto junto a aparejos de pesca no era signo de nada bueno.
Avistar golondrinas en el Mar es signo de que tierra está cerca y son consideradas buena señal
Delfines nadando junto al barco. Son considerados un gran amigo del hombre de mar y su presencia indica protección.

 

¡Hombre al agua! Pocas experiencias debe de haber más terribles que caer al agua en alta mar y ver cómo tu barco se aleja poco a poco. En épocas pretéritas muchos marineros no sabían nadar, y además se consideraba fuente de mala suerte rescatar a una persona que se estuviera ahogando. Suponía inmiscuirse en los asuntos de los dioses del mar o del destino. Por otro lado, cuando alguien moría ahogado, su cadáver, según creencia muy extendida, iba directo al fondo del mar, a los nueve días regresaba a la superficie y después se hundía definitivamente. Ver un cadáver durante ese breve periodo de tiempo era un mal presagio. A bordo se consideraba que traían mala suerte   ponerse la ropa de un compañero fallecido antes de terminar la travesía.    


CONCLUSIONES: Hoy en día, dada las características del desarrollo tecnológico  de los buque actuales y la preparación profesional de sus tripulantes, las supersticiones , los presagios y  los amuletos han ido quedando atrás como leyendas , siendo sustituidos por el arte y la ciencia de los marinos  al poner el buque a son de mar dando cumplimiento a las instrucciones  de la Organización Marítima  Internacional  , una eficiente guardia de navegación y estar al tanto de la información meteorológica al salir de puerto y durante la travesía y como decimos los marinos no dejar cabos sueltos, todo tiene que estar previsto , inclusive para cualquier tipo de contingencia.
Los marinos siempre se han forjado como acero aplicando el arte de navegar y la ciencia de cada época, antiguamente en los barcos de madera y actualmente  en los de acero.
Pero como  siempre hay un pero
¡Pero por si acaso! Me llevo una lechuza a bordo como resguardo.



   










No obstante a todos los presagios , en la mente de algunos avezados marinos , en duelo con la mar, se atreven a decir estando en tierra ;